Atrás quedó el frío y el miedo.
Y tú, ¿quién sabe qué maquinas?
Cuando tan deprisa caminas.
Destellos de agua trae el río
Atrás quedó un mar y una isla
Fragancias y aromas de campo
Tus manos cogían mis manos.
Destellos de agua en tus ojos
Bañados por un mar precioso.
Mi vida entregada en tu pecho
Tus labios recorren despacio.
Original de Pedro Menéndez. 2010